Sentado en la banca del patio de mi casa, tomando un mate caí en cuenta que ya pasaron cuatro años y se viene otra vez un mundial de futbol. Somos muchos los que esperamos este torneo. Para mi en lo personal, siempre tiene un sabor agridulce. Y es que mi país Guatemala nunca ha participado en un uno. Pero también tiene un sabor especial para mí ya que Uruguay, que juega con frecuencia este torneo y siempre da de que hablar, es mi segundo país. Y si, digo que tengo dos países porque nací en Guate, pero tengo sangre charrúa por mi madre. Seguramente de ahí mi pasión por el futbol.
Mientras cebo el Mate pienso en como los uruguayos viven el futbol. Y es que lo hacen de una manera muy especial. Y digo lo viven, porque, aunque soy mitad uruguayo, por respeto no me considero uno de ellos. Desde mi punto de vista veo a los charrúas como personas muy misticas, carismáticas, de carácter fuerte, claro como su bebida predilecta, el Mate. ¿Pero qué tiene que ver el futbol con el Mate? Bueno les cuento:
Para mi tiene mucho en común esta bebida tan tradicional del sur de Sudamérica con el deporte rey. Y es que el uruguayo respira y por ende vive por su cuadro de futbol y ni hablar de la pasión por ‘La Celeste’, cada partido se vive de una manera distinta, la única similitud es que siempre tienen que tener un buen Mate al lado para alentar a su equipo. ¿Como se yo de eso? Bueno, he tenido la suerte de ver con mi madre y abuela muchos de estos juegos. Mi abuelo, quien murió cuando yo era apenas un niño, seguro que desde donde esta se debe de reír de mi al ver como me transformo al ver un partido. Seguro el fanatismo por este deporte lo herede de él, así como la bombilla para tomar mate, la que estoy usando ahorita. En algo si nunca me he puesto de acuerdo con mi madre o abuela, y es a que cuadro alentar. Mientras mi abuela es del Bolso, mi madre es Carbonera. Yo seguí mis raíces y apoyo de una manera lejana al equipo del barrio de la Curva de Maroñas, Danubio.
Platicando y conviviendo con familiares y amigos del Uruguay, me he dado cuenta de que los charrúas tienen un sentimiento de pesimismo. Ven la vida de una manera compleja. Tan compleja como un Mate. Y es que este te, tiene un sabor amargo, fuerte, pero al tomarlo te deja un sentimiento de satisfacción extraño de explicar. Exactamente todas esas sensaciones las tienen al jugar o ver el futbol. Mi madre me enseñó una frase muy futbolera al ver partidos de ‘La Celeste’ y es que siempre tienen “La Garra Charrúa”. Pero ¿Qué es la garra charrúa? Para mi es la fuerza y el orgullo de representar a la civilización que habito el territorio uruguayo. Con el tiempo he aprendido que esa frase es más que una frase de futbol, es un estilo de vida. El uruguayo por lo general se enamora del cuadro del barrio porque ese club tiene garra. Y aunque muchas veces las derrotas les dejen un sabor amargo como su mate, siempre la esperanza de una victoria les dejara ese sentimiento de orgullo y satisfacción que también es difícil de explicar, y que solo un hincha verdadero conoce.
Hablar de la selección nacional es también muy parecido a tomar mate. Y es que todos los uruguayos son directores técnicos y a la vez son “expertos” en como se debe de preparar un mate. La manera en la que juega ‘La Celeste’ siempre es causa de polémica, así como la manera de cebar la hierba o si uno prefiere un Mate dulce o amargo. Lo que es indudable, es que un buen motivo para juntarse con la familia y amigos es ver un juego de la selección o el tomar un buen mate. Aunque por lo general, estas dos actividades siempre coexisten.
¡Somo’ grande entre los grandes! dice mi madre. Esa es otra frase muy uruguaya. Y es que este pequeño país, con poco más de tres millones de personas, es todo un semillero de talento futbolístico. Es complicado explicar el por qué, aunque yo le llamo mística. Hay una conexión entre el futbol y Uruguay muy difícil y a la vez fácil de entender. El uruguayo es tan apasionado que no podría identificarse tanto con otro deporte o fenómeno social como con el futbol. Es tan místico como tomar mate. Ya que los uruguayos al compartir su mate comparten más que una bebida. El mate expresa esa conexión con la otra persona, es como un ritual. Esa misma conexión es la que los hinchas experimentan cada vez que van a un estadio o ven a su cuadro jugar.
La cultura uruguaya es fascinante. El hecho de tener doble nacionalidad me ha regalado el privilegio de experimentarla. Yo se lo rico que es sentarse una mañana como hoy y tomarse un mate amargo y disfrutarlo tanto como disfrutaría ver un partido de futbol.
El mundial de Rusia 2018 empieza en unos días y ‘La Celeste’ es una de las selecciones que creo puede ganar el torneo. Yo estaré acá apoyando y celebrando mi herencia uruguaya junto a mi mate, mientras sigo con la ilusión intacta de poder ver a mí Azul y Blanco de Guatemala participar algún día en el torneo más importante de futbol.
Uruguay
2018 World Cup